"Creo que el lenguaje se ha pervertido. Creo que nadie se habla de verdad, creo que aprendemos el lenguaje para decir otra cosa.
Me dan ganas de que mis hijos no empaticen con nada para que no sufran. Serían unos psicópatas, pero cada vez conozco a más gente que no empatiza con nada.
Para mi gusto el nivel de enfermedad social, individual, está cada vez más presente.
Me gustaría volver a tener las vacaciones como cuando era pequeña, que se paraba el mundo, y cuando te haces mayor el mundo ya no se para como antes porque no vives el presente como antes.
No sé porque te estoy contando esto si al final cada uno escucha lo que quiere y lo que puede (y no en ese orden); y yo ya no quiero hablar más, quiero estar en silencio"