Es uno de esos días en los que te apetece discutir, gritarle al mundo, desahogarte... pero al mismo tiempo no tienes fuerzas para ello. Estás tan cansada de que todo lo planeado se valla a la mierda como un castillo de naipes que simplemente te as resignado a sentarte y esperar... ¿esperar a qué? a que algo ocurra supongo, a que venga una especie de superhéroe y te diga 'tranquila,yo te salvo' y mientras, esperas a que llegue esa persona que sabes que nunca va a llegar, pero que te gusta imaginar que si. Estoy harta, más que harta de que me digan como tengo que ser, que hago mal, que debería cambiar... Lo siento, pero me sigue sin importar vuestra opinión, sigo pensado que las normas estas para saltárselas, hace tiempo que descubrí que me duele mas quedarme con el 'y si...' en la boca que intentarlo y fracasar.
