Que yo también se lo que no es poder dormir de felicidad, que parece que en cualquier momento el corazón se va a salir del pecho, se va a poner su mejor vestido, sus mejores zapatos, se va a pintar como una fulana y se va a ir a comerse la noche de Madrid. Pero también se lo que es no poder dormir de pura tristeza, que a veces, incluso, me a parecido oír a mi pobre corazón hacerse añicos un poco más. Que me dolía tanto el pecho que me hubiese gustado arrancármelo. Y así es la vida, hay que conocer la tristeza para saber apreciar la verdadera felicidad, hay que perderse para encontrarse, hay que perder para ganar, hay que caerse para saber que te puedes levantar, hay que tocar fondo para saber llegar arriba, hay que chocarse para parar un poco el ritmo, hay que llorar para sonreír, hay que sufrir para ver sueños hechos realidad. Y, creerme, es la mejor forma de vivir.
¡Me seguis y el suelo esta recien fregao'!
jueves, 7 de noviembre de 2013
martes, 22 de octubre de 2013
Ella...
Te quiero. Por todos nuestros planes absurdos, por nuestras borracheras, por nuestras risas, por nuestras tristezas compartidas, por contarnos todo con pelos y señales, cuando empezamos a insultarnos y se nos va de las manos, cuando te vas y te echo tanto de menos, cuando me dejas comerme los bordes de tu pizza, por nuestros ataques de risa, por ser tu y no otra la que ha estado en mis buenos y malos momentos, por defenderme aunque luego me eches la bronca, por darnos las caminatas del siglo para ahorrar unos míseros euros, por hacer todo juntas, por nuestras fiestas, por nuestros dramas, por reírte de mi cuando me teñí el pelo de rojo y por mis gustos raros, por aguantarme cuando pongo rap, por aquella noche matando mosquitos, por los errores que cometemos con los hombres y luego insultarles hasta aburrirnos... En fin, por esto y mil tonterías mas, te quiero, Nuria.
Latiendo...
Soy indendiente porque ya dependí de personas y creí que me moría. No me creo las palabras bonitas porque ya las creí y me desilusione. Soy mala porque fui buena y no me sirvió de nada, soy egoísta porque ya lo di todo y me quede vacía. Desconfió de todo para evitarle más daños a mi pobre corazón que tiene colgado un cartel que dice "Sólo escombros, no pasar". No dejo que nadie me pise, porque ya lo hicieron, y aun quedan partes de mi tiradas por el suelo. Ahora me pongo guapa cuando todo lo veo feo y no me va tan mal. Miro solo por mi y a los demás que les den, y se que todo esto suena un poco triste, pero mas triste es drogarse para evadirse. Hay que dejar los malos vicios, aunque eso te incluya a ti, amor.
sábado, 5 de octubre de 2013
Lo que no ves...
Estoy llena de heridas, pequeños cortes que no ves. Y a veces, sin avisar, llega alguien nuevo a mi vida, creo que ha venido a salvarme, y le utilizo de salvavidas. Y al final, como todos, se limita a dejar un corte más, esperando que llegue otro tonto a curarla.
jueves, 30 de mayo de 2013
¿Nunca os ha pasado que cuando una parte de tu vida cambia, cómo que esperas que el resto cambie también?
Tú ya no estas... Y todo ha seguido igual. El cielo sigue teniendo el mismo color, la ciudad sigue teniendo sus mismas calles aburridas, después del invierno llega la primavera.
Todo ha seguido igual, menos yo. Yo no he vuelto a ser la misma.
Te echo mucho de menos...
Todo ha seguido igual, menos yo. Yo no he vuelto a ser la misma.
Te echo mucho de menos...
domingo, 21 de abril de 2013
Que cuando digo "ella" digo "yo".
Son las 3:49 de la mañana y ella está tirada en la cama quemando una china de hachís para calmar un poco los nervios. Mira el hueco que hay la estantería. El libro que falta fue el libro que se llevo él la última vez que estuvo ahí... De eso hace ya algún tiempo, pero ya ves, todavía no ha sido capaz de llenarlo con otro libro. Ya esta harta de escuchar, "tranquila, todo saldrá bien". Qué coño sabréis vosotros del futuro, que ser positiva la cuesta aún muchas lágrimas que no veis. Ni veréis. Esa foto en la pared sonriendo de tiempos mejores la recuerda que hay que seguir en pie cueste lo que cueste. Se muerde las uñas, un vicio que nunca la ha abandonado, mientras ve pasar las horas del reloj lentamente, minuto a minuto, y parece que en cada movimiento de las agujas una vacío le golpea el alma y la hunde más entre el humo y las sábanas.
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